Érase una vez... un cielo de invierno repleto de estrellas. Un reino de hielo, donde algunas estrellas brillaban más que otras. Allí se encontraban las fragancias Gaultier, reunidas para celebrar el fin de año.
Para estas festividades de noches blancas, todos brillaban con mil luces: cajas de regalo metálicas, frascos vestidos de alta costura; listos para seducir con sus fragancias embriagadoras.