Nace en 1972 convirtiéndose en clásico de toda la vida de Barcelona. Debido a la pandemia tuvo que cerrar sus puertas, pero su chef Jordi Cunill, decidió volver a abrir sus puertas convirtiéndolo en el lugar con un toque contemporáneo, agregando un bar e invitando a la gente a vivir una nueva experiencia, con un punto más fresco y picante, pero conservando su clásica personalidad y platillos que le hizo famoso.