175 años de pasión por el arte de la joyería
El 2014 será un año muy especial para la joyería Bagués-Masriera, cumplirán 175 años de existencia con la ilusión de haber conseguido mantener la calidad y la innovación que le ha distinguido siempre y que la ha hecho reconocida a nivel internacional. De hecho es la única firma del Estado y de las pocas de Europa con tan largo recorrido. Nacida en 1839, puede vanagloriarse de haber llegado al día de hoy en plena actividad y efervescencia creativa.
Bagués-Masriera no habría podido llegar sana y salva al competitivo mundo actual sin dedicación plena al trabajo, deseo de superación continúa y, por encima de todo, adaptándose a lo que en cada momento demanda la sociedad civil, con la que está firmemente comprometida. Las joyas no han dejado de formar parte de los rituales más íntimos de la humanidad, pero a mediados del siglo XIX se les concedía un valor de prestigio social que en el siglo XXI ya no cuenta tanto como el gusto estético por el diseño de la pieza, por la emoción que provoca. La firma catalana ha sabido adaptarse al cambio, pero ha interiorizado la excelencia del trabajo de sus antepasados, tanto a nivel técnico como artístico, y la ha fusionado con el espíritu contemporáneo.
No es fácil adaptarse al gusto de las generaciones actuales. Enlazar pasado y futuro es clave para mantener viva la llama que en 1839 inició Josep Masriera Vidal, un magnífico artesano que se adaptaba a los gustos románticos de la Barcelona decimonónica con agujas y colgantes amorosos. Hacía también objetos de plata litúrgicos y ya fue innovador por ejemplo, introduciendo el cierre catalán a los pendientes. Serían sus hijos Francesc y Josep, pintores y orfebres, los que aportarían la pasión artística al negocio barcelonés, que vivía los tiempos de la Fiebre de Oro y tenía París como referencia.
En la Exposición Universal de París de 1889 los hermanos conseguirían reconocimiento europeo por la delicadeza de sus creaciones, pero será el hijo de Josep, Lluís Masriera, quien recibirá la admiración global para ser el verdadero iniciador de la joya de arte. Inmerso en el modernismo, sus piezas se llenarán de libélulas, hadas y flores dedicadas mientras innova en la técnica del esmalte inventando el plique-à-jour, transparente como un vitral. Posterior trinfó con sus piezas art decò. En esos momentos los Masriera ya se habían unido con los joyeros Carreras.
Otra fecha clave en su trayectoria es en 1985 cuando la familia Bagues (joyeros de prestigio desde 1917 y con magnífico establecimiento en los bajos de la casa Ametller de Barcelona) decidieron hacerse con la totalidad de los entonces olvidados fondos Masriera, fusionando las dos empresas en un solo proyecto. Desde entonces sus nombres quedaron unidos para siempre a un legado que cada año recuperan con la reedición de alguna pieza emblemática, al tiempo que continúan creando sus propias líneas de diseño, que han recibido premios en todo el mundo como el Diamonds.
Las formas, los colores y la luminosidad de los diseños de la histórica firma no sólo buscan plasmar la belleza y la exquisitez propia de la alta joyería de vanguardia, sino también transmitir unos valores y una cultura que bebe de fondos ancestrales. El mundo mediterráneo es fuente de inspiración constante de las colecciones contemporáneas y concretamente para esta fecha tan especial la ciudad de Barcelona es el centro de su especial, y esmaltada, mirada.
Nunca en su larga trayectoria habían imaginado realizar una colección que homenajeara la ciudad de sus orígenes. El lugar donde surgen sus diseños y que están dando la vuelta al mundo.
Para Bagués-Masriera Barcelona es un mundo entero, por eso las piezas principales que forman los collares, pulseras y pendientes de la colección tienen forma circular. Son pequeños globos terráqueos multiculturales. Porque la ciudad en sí misma ya es un universo global. La ciudad está abierta a nuevas gentes e influencias y de estas visitas han aprendido y les han dejado huella. Y el resultado es un mundo de colores, olores y sabores inalcanzables. Como las bolas o esferas con aberturas y en movimiento continuo, síntesis de las mil y una tonalidades de la cultura mediterránea.
Combinan el esmalte característico de la casa con formas que podrían recordar lo gaudiniano, o bien las luces de los paisajes. Un homenaje a la arquitectura más barcelonesa elaborado con la más alta precisión técnica. Un nuevo reto desde la perspectiva de la innovación técnica en el esmalte en una superficie esférica, que ha exigido tiempo y búsqueda. El resultado es brillante. Y no sólo para el acabado técnico sino también porque las esferas, de sutil y elegante translucidez, dejan pasar la luz y la reflejan casi como si fueran un arco iris. Ligeras como una pluma y deslumbrantes como pequeños soles, se unen con aretes de diamantes para formar originales collares que no necesitan más que un vestido negro para lucir con todo su esplendor. Las joyas destilan aire mediterráneo por todos lados, pero con una mentalidad tan abierta que, según como se miren, hacen viajar al Oriente más exquisito.
La pieza de Masriera que han elegido es única y esplendorosa, es un brazalete en forma de serpiente que sintetiza a la perfección la cuidada labor artesanal que hay detrás de toda gran obra de joyería. La serpiente, que ha requerido de una cuidada elaboración técnica, muestra un cuidado trabajo de esmaltado, marca de la casa, y tiene una presencia espectacular. Piedras preciosas y oro se combinan con el esmalte para dotarla de un poder fascinante.
Hubo tiempo para los parlamentos, aunque anteriormente recorrieron las diversas vitrinas de la joyería, empezó el presidente de Bagués-Masriera. Joan Olivares: “Para nosotros este acto tiene un significado muy importante, son 175 años, nos sitúan como una singladura importante. Mis hermanos Jordi y Oriol hemos querido hacer una fiesta en la que se puede ver una exposición significativa de nuestra trayectoria de estos 175 años. Pero esto no es gratuito, no ha pasado porque sí, ha sido una cabezonería de un lado y de una fidelidad por otra”. Hemos querido hacer un homenaje especial para celebrar este aniversario y lo hacemos con los dos elementos que han dado sentido a nuestra trayectoria, uno nuestro oficio y el otro nuestra ciudad”.
Xavier Trias, alcalde de Barcelona “Barcelona quiere ser una ciudad de cultura, de conocimiento, creatividad, innovación y de bien estar. Y esto representa Bagués- Masriera. Ha sido un referente artesanal, profesionalidad de trabajo bien hecho y son capaces de ir innovando cada día, sacar nuevas colecciones. A mí me hacéis un regalo porque hacer una colección qué se llama Barcelona, para la ciudad es extraordinario. Esta ciudad que tenga una empresa catalana, que es capaz de proyectarse en todo el mundo, lucha para mantenerse en este maravilloso edificio. Os doy sinceramente las gracias”.
Artur Mas, Presidente de la Generalitat: “Celebremos que los artesanos de oficio, que se han mantenido 175 años, eran hombres que amaban el oficio, y al mismo tiempo un genio creador por tanto, el artista combinado con el artesano, el oficio combinado con el talento y la creatividad. Bagués-Masriera lo ha mantenido así y porque no decirlo, es el sello de nuestro país.
Toda celebración termina con el tradicional pastel, realizado por Oriol Balaguer, posaron los tres hermanos junto a la matriarca de la familia y sus invitados.
Montse Carreño, 17-Diciembre-2013
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