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Barcelona acoge la decimoquinta edición de la Regata Puig Vela Clàssica

Barcelona acoge la decimoquinta edición de la Regata Puig Vela Clàssica

La Ciudad Condal volvió a ponerse con sus mejores galas para recibir a toda la flota de barcos clásicos que cada mes de julio participan en la Regata Puig Vela Clàssica, siendo en esta ocasión la decimoquinta edición. Este año se inscribieron 30 veleros, que junto a 300 tripulantes venidos de 9 países distintos,  compitieron en aguas barcelonesas para lograr el ansiado trofeo de campeones o quedar en las tres primeras posiciones en cada categoría.  El próximo año, será muy especial ya que Barcelona acogerá la Copa América 2024 y por este motivo, el día de la entrega de premios acudió Grant Dalton, organizador de la misma para ver el ambiente y hablar con Marc Puig.

Resultó una regata complicada debido a las altas temperaturas de la estancada bolsa de aire cálido en altura impedía los flujos de aire normales que crean la brisa térmica. Pese a programar las salidas a las 13 horas y que todos los partes meteorológicos pronosticaron el habitual viento de Garbí, que tantas alegrías ha dado en estos quince años de competición en el campo de regatas barcelonés no terminaba de entrar de modo habitual.

La primera jornada se optó por un recorrido costero que arrancaba frente al Port Olimpic y, tras un corto tramo de desmarque a barlovento, ponía rumbo a una boya situada en El Masnou. Desde allí la flota iniciaba el regreso hasta la línea de llegada en Barcelona, con una boya de paso intermedio y una distancia total de 14 millas. La flota partió tras dos salidas, la primera para los Clásicos y la segunda para los Big Boats y época, tanto Cangreja como Bermudianos. Los 7 nudos de viento inicial se fueron apagando a partir de Badalona, acentuándose su caída en la boya de El Masnou, donde la maniobra para virarla dejaba casi parados a los barcos. En el tramo de regreso había que sufrir para ir ganando millas hasta la zona donde se formó un poco de garbí, que finalmente alegró la ceñida con sus 12 nudos de intensidad y sin apenas marejadilla. El italiano Emeraude, de Vittorio Cavazzana, fue el mejor de los Clásicos capaces de finalizar la prueba, imponiéndose al Kahurangi de Pepe de Miguel y al Nerissa de Leonardo García. Finalmente, el Sea Fever de Enrique Curt, con menor eslora, fue capaz de concluir el recorrido y clasificarse en cuarta posición. El irlandés Halowe´en de Micheael Cotter ganó la prueba en Big Boats, y el Grayling (RCN Valencia) de Rafael Carrió, que se estrenaba en la Regata, lo hizo en Época Cangreja. Cuatro fueron los participantes de Época Bermudiana que no agotaron su tiempo límite, y entre ellos resultó vencedor el británico Argyll de Griff Rhys Jones, precediendo al Almarán New York de Manel López, al estadounidense Dione de Hans Alberecht e Islander de Ricardo Albiñana.

Al día siguiente se tuvo que aplazar la salida a las 14:40 horas, cuando se estableció un Garbí de 7-8 nudos de intensidad, que refrescó en la fase final de la prueba hasta 12 nudos. El Comité de regatas estableció un recorrido de boyas en forma de cuadrilátero, con cinco tramos y 12,5 millas de distancia. De nuevo, no hubo incidentes en las dos salidas ni adelantos al tiro de salida, destacando el inicio del Big Boat Halowe’en que facilitó su victoria del día, y del Clásico Emeraude, mientras el Nerissa y el Sea Fever recuperaban rápidamente su retraso inicial. En la flota de Época, Bermudiana el Argyll tomaba la iniciativa de su flota sin oposición y se imponía en la prueba. En su estela, también repetían los resultados de ayer Almarán New York, Dione e Islander, mientras el Época Cangreja Grayling volvía a ganar y se aseguraba el triunfo de la Regata Puig en su categoría. Entre los Clásicos favoritos, la alternancia de distancias, y, por tanto, de tiempo entre ellos y su consecuencia en la compensación de tiempos, iba provocando el baile de posiciones estimadas. Con su buen hacer y pese a su considerable menor eslora, el Sea Fever se imponía en la prueba del día, seguido por el Emeraude, y a continuación el Kahurangui y el Nerissa, que por este mismo orden se situaban en la clasificación tras sumar las dos pruebas disputadas.

El último día todavía fue peor, el calor era insoportable, y esta vez ni el Garbi ni ninguna brisa sopló frente a las playas de Barcelona. El comité de regatas volvió a aplazar el inicio de la tercera y última prueba del programa, pero a las 15 horas decidió, acertadamente, enviar a la flota de regreso a los pantalanes del Real Club Náutico de Barcelona.

Por la tarde se celebró la entrega de premios, con la ovacionada presencia de Grant Dalton, CEO del Team New Zealand y responsable de organizar su defensa de la America’s Cup en Barcelona. Los ganadores fueron:  Argyll, clase Época Bermudian, Grayling, clase Época Cangreja, Emeraude, clase Clásicos y Hallowe´en, clase Big Boat.

Durante la entrega de premios, Marc Puig felicitó a los ganadores y reafirmó su compromiso con Barcelona y el impulso por la visibilidad internacional de la ciudad.  A su vez, el presidente ejecutivo de Puig recordó la importancia del trabajo en equipo, uno de los principales valores de la compañía, así como del mundo de la náutica, que ha sido clave a la hora de hacer de Barcelona la sede de la próxima edición de la Copa América. 

Grant Dalton agradeció a la ciudad y a las instituciones su acogida y su apoyo. Asimismo, director de la Copa América insistió en que “con el paso de los días me reafirmo en lo acertado de la decisión. Barcelona tiene todo en lo que creemos”.

Montse Carreño, Julio-2022

Foto: Montse Carreño.