Bautizo de la Princesa Estelle de Suecia

Con una ceremonia solemne y muy emotiva, la princesa Estelle de Suecia recibió las aguas bautismales en la iglesia del palacio real de Estocolmo.

Los primeros en llegar al templo fueron los invitados, eran las 11 de la mañana, entre los que destacaban los padres de Daniel, Olle y Ewa Westling; la reina Margarita de Dinamarca, su esposo, el príncipe Enrique, y su hijo Federico; Máxima de Holanda; Marta Luisa de Noruega y su marido, Ari Ben; Felipe de Bélgica y su esposa, Matilde; y Guillermo de Luxemburgo con su prometida.

Sin embargo, todas las miradas las acapararon Sofía Hellqvist y Chris O’Neil, las respectivas parejas de los hermanos de Victoria, Carlos Felipe y Magdalena.

Una hora más tarde, los reyes Carlos Gustavo y Silvia, hicieron su entrada en la iglesia, seguidos por los felices papás y la protagonista de día. Siguiendo la tradición sueca, Daniel llevaba en brazos a Estelle, se dirigieron hacia el altar seguidos por los padrinos de la niña: Carlos Felipe de Suecia, Haakon de Noruega, Mary de Dinamarca, Guillermo de Holanda y Anna Söderström, hermana de Daniel.

La primogénita de la Princesa Victoria estuvo despierta en todo momento, muy formalita, ni siquiera lloró cuando el arzobispo de Uppsala, Anders Wejryd, el mismo que casó a sus padres hace casi dos años, derramó en ella el agua bautismal. La princesa Estelle, que al día siguiente cumplió los tres meses de vida, llevó el mismo vestido y faldón que utilizaron los antepasados de su familia desde 1906, los nombres y años de nacimiento están bordados en el interior del traje, incluida su madre la princesa Victoria. En Suecia este bautizo real se considera una ceremonia de estado, de allí, la solemnidad de cada uno de los momentos de este sacramento. El príncipe Carlos Felipe fue el encargado de llenar la pila bautismal con agua traída de la isla de Öslan, una tradición instaurada por los actuales reyes con sus hijos.

Victoria se mostró como una madre cariñosa y dulce, que no es capaz de contener la emoción o la risa en los momentos más bonitos y divertidos de la ceremonia y que no dejó de arrullar a su bebé para que estuviera tranquilita, tanto que Estelle llegó a dormirse en algún instante, aunque, hacia el final, empezó a protestar un poco hasta que su papá, siempre alerta, le puso el chupete.

La Princesa Victoria impecable con un vestido y tocado en rosa palo, de Elie Saab, pronunció unas palabras de agradecimiento por la llegada de su  hija al mundo y por todos los deseos de todos sus invitados.

Tras el sacramento, la pequeña Princesa a la que su madre le puso el chupete cuando la vio más cansada, recibió la estrella con la banda azul de la orden de Serafín, la más destacada de Suecia, que fue instituida por el rey Federico I en 1748, de manos de su abuelo, el Rey Carlos Gustavo.

Volviendo a seguir la tradición, durante la recepción en palacio, la pequeña descanso en la antiquísima cuna de los Reyes de Suecia, siglo XVII, donde sobre la cabecera, hay dos querubines que sostienen la corona.

Luego compartieron un almuerzo en la planta Bernadotte del Palacio para sus 400 invitados.

Día emotivo para sus padres y para toda Suecia.

Montse Carreño, 22-Mayo-2012