Skip to Content

Bruce Springsteen ofreció un apoteósico concierto en Barcelona

Bruce Springsteen ofreció un apoteósico concierto en Barcelona

Bruce Springsteen volvió a Barcelona, con dos conciertos de la gira de “Wrecking ball”. La última vez que estuvo fue en el 2008, lleno el Palau Sant Jordi, pero esta vez con más éxito, ya que consiguió llenar el Estadi Olímpic de Montjuïc, colgando el cartel de agotadas las entradas.

El concierto empezó con cincuenta minutos de retraso, debido a que el público no había entrado en el recinto, las puertas se colapsaron, pero los que entraron primeros no se enfadaron, esperaron con tranquilidad a que todos estuvieran dentro y entonces sonó Last dance, de Donna Summer, como música ambiental en homenaje a la reina de la música disco, que hacía horas se había anunciado su fallecimiento. Entonces los miembros de la E Street Band hicieron acto de presencia en el escenario y tras ellos Bruce. En 1981, el Boss, le compusó la canción “Protection”, por ello su pequeño homenaje a su amiga Seguidamente sonó el elemento básico de Springsteen y E Street Band, "Badlands" (1977), la canción cuenta la historia de un hombre con mala suerte y enfadado con el mundo. Luego, “We take care of our own” y “Wrecking ball”, material nuevo bañado en estrofas desengañadas.

Tras un par de canciones más, “No surrender” y el himno de raíz irlandesa “Death to my hometown”, Springsteen lanzó la primera parrafada al presentar “My city of ruins”, retocada por la sección de viento y mirando de reojo a “People get ready,” de Curtis Mayfield. Señaló, en catalán, que la canción «és una història sobre el que perdem i el que queda per sempre». Tras el tono litúrgico de la canción, con aromas gospel, dos andanadas que rebajaron el dramatismo: “Out in the street”, rescate de “The river”, y una rareza, “Talk to me”; una pieza con aire al pop sesentero de Phil Spector que, en los 70, Springsteen entregó a su amigo Southside Johnny y que repescó en el reciente “The promise”.

Antes de interpretar “Jack of all trades”, uno de los relatos sombríos de su nuevo disco, “Wrecking ball”, vinieron las palabras más comprometidas del Boss. Dedicó la canción, en catalán “aquesta cançó als indignats del 15-M i als que lluiten a Catalunya”.Pero el concierto no se asentó en esos tonos reposados, e impactó con un tramo central de alta intensidad rockera con guiños a los eruditos. Primero, una dura adaptación “Youngstown”, original del disco acústico “The ghost of Tom Joad”, seguida de una musculosa “Murder incorporated”. La E Street Band, desplegando un sonido compacto, con los vientos a raya, inyectando fibras resistentes, y un crispado solo de “Little Steven”.

Luego, la historia de Johnny 99, el desdichado presidiario de Nebraska, y las contorsiones de “You can look (but you better not touch)”, otro picotazo a “The river”. De ahí, a “She's the one”, con su ritmo tribal a lo Bo Diddley, y otra sacudida con “Shackled and Dracn”. En “Waitin' on a sunny day”, el Boss hizo cantar a una niña del público, y en “The promised land” volvió a brillar el saxo de Jake Clemons.

“The river” enfiló la tercera hora rumbo a “Prove it all night”, “Hungry heart” y un “The rising” enlazado con los aires texmex de “We're alive”. “Thunder road” como clímax del bloque central.

Los bises empezaron con “Rocky ground”, y luego sí que Springsteen se libró a los clásicos que el gran público esperaba: “Born in the USA” y, con las luces encendidas, viéndonos las caras, “Born to run”, “Bobby Jean”, “Dancing in the dark” y un “Tenth avenue freeze out” que sirvió el homenaje final a Clarence Clemons. Y el Big Man volvió a unirse a la banda. En espíritu y en materia, a través de una prolongada ovación a su imagen en pantalla.

El concierto fue largo en el tiempo, más de tres horas, y en el contenido, en torno a las veinticinco composiciones, en donde repaso con atención la obra nueva y material incombustible, empezando por un imparable “Out in the street (sacado de The river) y coreado masivamente por las más de 50.000 aficionados que a esa hora sí llenaba el recinto olímpico.

Su conocida austeridad escenográfica y la espléndida sonoridad de l’Estadi  hizo que la presentación del potente y comprometido disco, “Wrecking ball”, resultara una bomba festiva, teniendo en cuenta que sus conciertos son para un público adulto.  Todos que se reunieron pudieron ver los ingredientes que siempre le han hecho triunfar en Barcelona, desde aquel lejano 1981 donde puso patas arriba al Palau d'Esports: energía y despliegue físico, naturalidad, empatía y credibilidad.

Sus fans cantaron los viejos y superconocidos temas pero escucharon  con fervor las nuevas canciones que siempre son con temas comprometidos, el Boss es un rockero que arrastra masas, en cualquier ciudad que actúe.

Montse Carreño, 17-Mayo-2012

  • 17MAYO2012 Concierto de Bruce Springsteen en l’Estadi Olímpic de Montjuïc. Foto: Ricard Rovira.
  • 17MAYO2012 Concierto de Bruce Springsteen en l’Estadi Olímpic de Montjuïc. Foto: Ricard Rovira.
  • 17MAYO2012 Concierto de Bruce Springsteen en l’Estadi Olímpic de Montjuïc. Foto: Ricard Rovira.
  • 17MAYO2012 Concierto de Bruce Springsteen en l’Estadi Olímpic de Montjuïc. Foto: Ricard Rovira.
  • 17MAYO2012 Concierto de Bruce Springsteen en l’Estadi Olímpic de Montjuïc. Foto: Ricard Rovira.
  • 17MAYO2012 Concierto de Bruce Springsteen en l’Estadi Olímpic de Montjuïc. Foto: Ricard Rovira.
  • 17MAYO2012 Concierto de Bruce Springsteen en l’Estadi Olímpic de Montjuïc. Foto: Ricard Rovira.
  • 17MAYO2012 Concierto de Bruce Springsteen en l’Estadi Olímpic de Montjuïc. Foto: Ricard Rovira.
  • 17MAYO2012 Concierto de Bruce Springsteen en l’Estadi Olímpic de Montjuïc. Foto: Ricard Rovira.
  • 17MAYO2012 Concierto de Bruce Springsteen en l’Estadi Olímpic de Montjuïc. Foto: Ricard Rovira.
  • 17MAYO2012 Concierto de Bruce Springsteen en l’Estadi Olímpic de Montjuïc. Foto: Ricard Rovira.
  • 17MAYO2012 Concierto de Bruce Springsteen en l’Estadi Olímpic de Montjuïc. Foto: Ricard Rovira.
  • 17MAYO2012 Concierto de Bruce Springsteen en l’Estadi Olímpic de Montjuïc. Foto: Ricard Rovira.