Carlota Akaneya sirve la mejor carne de Japón consiguiendo un auténtico viaje a los valores japoneses para el comensal
El año pasado, Tokio fue testigo de un momento histórico en el prestigioso Matsusaka Beef Carcass Contest, un certamen que desde 1958 reúne a las mejores granjas de Japón y define los estándares de calidad del wagyū más exclusivo del mundo. En esta edición, Hiroki Ito, líder de Ito Ranch, se alzó con el primer y segundo lugar, un logro sin precedentes que consolida su posición como el productor más destacado de Matsusaka Beef.
Este doble reconocimiento, fruto de una dedicación inquebrantable y una crianza excepcional, refuerza el vínculo entre Ito Ranch y el Grupo Akaneya, cuya misión es compartir esta joya gastronómica con Europa, liderada por tres restaurantes: Carlota Akaneya (Barcelona), Pilar Akaneya (Madrid) y Marie Akaneya (París).
Los tres sumibiyaki Akaneta ofrecen una experiencia culinaria exclusiva que transporta a las raíces de la tradición japonesa. Sirven una variedad de Wagyu llamada Matsusaka Beef, que, es la carne más cara y difícil de conseguir del mundo, considerada superior al reconocido Kobe, por su gran exclusividad, además son los únicos en Europa que pueden servir esta carne japonesa.
Carlota Akaneya se ubica en el corazón de Barcelona, en la actualidad ha logrado consolidarse como un templo de la barbacoa japonesa desde su apertura en 2011. Está inspirada en el emblemático Akaneya Junshinken de Kioto, combina autenticidad, excelencia y la búsqueda contante de los mejores ingredientes para ofrecer una experiencia inigualable y auténtica.
Al igual que sus hermanas Pilar Akaneya en Madrid y Marie Akaneya en París, en Barcelona ofrecen tres platos estrella como el Kobe Beef certificado, el exclusivo Matsusaka Beef, y el preciado muskmelon Crown Melon.
La barbacoa japonesa o sumibiyaki no es solo una forma de cocinar, sino una tradición centenaria que eleva los sabores del producto a su máxima expresión. El secreto de los sumibiyaki Akaneya reside en el uso de kishū binchōtan en sus brasas, un carbón blanco originario de la región de Wakayama, considerado el número uno en el mundo.
El kishū binchōtan destaca por su rareza, ya que es difícil encontrarlo fuera de Japón. Aunque no le faltan imitaciones. Entre sus atributos, el principal es que destaca por su combustión prolongada y su capacidad para realzar los sabores de los alimentos, gracias a su emisión de rayos infrarrojos lejanos. Además, el kishū binchōtan absorbe olores desagradables, elimina sustancias nocivas y emite iones negativos que contribuyen a mejorar el estado de ánimo, lo que es perfecto para este nuevo periodo. Y para culminar, posee un efecto alcalino capaz de potabilizar el agua, lo que refuerza su versatilidad y excelencia.
Este exclusivo carbón se elabora de manera artesanal a partir de la encina, una madera extremadamente dura utilizada en la zona sur de Kishū, que se carboniza en hornos a 1.000ºC. Este proceso, está registrado como importante Patrimonio Cultural Inmaterial en Japón, ya que crea un carbón único por su textura lisa y sonido metálico al golpearlo. Este nivel de dedicación y perfección hace del kishū binchōtan el alma de la experiencia gastronómica en Akaneya.
En los sumibiyaki Akaneya, cada plato es una invitación a explorar lo extraordinario. Desde el primer chisporroteo del binchōtan hasta el último bocado, el restaurante redefine el concepto de la barbacoa con una combinación de tradición y modernidad que no tiene comparación a nivel europeo.
El local es pequeño, ya que les gusta la intimidad y relajación, en cada mesa se encuentra una barbacoa para que uno mismo se prepare su carne. Los camareros cuando traen un plato te explican que se va a comer y cómo se debe hacer. Existen dos menús y el servicio es para cenas, por motivos de preparación de la carne no pueden plantearse el abrir al mediodía.
Han recibido muchos premios que se encuentran expuestos pero con su exquisitez y una atención perfecta seguro que vendrán muchos más. Se recomienda reservar mesa debido a la gran demanda.
Montse Carreño, Febrero-2025
Fotos: Montse Carreño.
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