Dos nuevos perfumes de la Colección Trade Routes de Penhaligon’s

La exótica Colección Trade Routes de Penhaligon’s añade dos nuevos perfumes, Paithani y Agarbathi, dicha colección está inspirada en puertos de escala e impregnada del amplio abanico de ingredientes que llegaron a los muelles de Londres a finales del siglo XIX. Eran conocidos como “El almacén del mundo”, ya que se respiraba el aire denso de lo opulento y lo fantástico, y un popurrí de olores. Té, especias, seda, perlas, ron; todo ello se podía encontrar en los buques mercantes Clipper que volvían a casa, amenazados por corsarios y piratas y mecidos por los vientos alisios. Sus aromas invitan a viajar a tierras mágicas y lejanas.

Estos dos nuevos perfumes han sido creados por Alexander Lee. La explicación que ha dado para su inspiración es la siguiente para Paithani: Al viajar por la India, nos encontramos con joyas de la naturaleza y experimentamos momentos recurrentes de una belleza que nos eleva a una dimensión divina. (Nuestras recientes experiencias con la niebla tóxica londinense quedan en el olvido mientras practicamos el trueque de la seda.)

La llegada a Bombay de nuestro tren de la montaña es recibida por una explosión de sonido que nos saca de nuestra ensoñación y nos sacude. Saris de colores intensos, Paithani, se arremolinan a nuestro alrededor y, para completar la sobrecarga sensorial, en breve percibimos el olor del té caliente especiado que nos da la bienvenida. A él se añade, como dicta la tradición, una agradable explosión de especias (cardamomo, nuez moscada y pimienta, la fragante Santísima Trinidad). El aspecto calmante de una rosa sedosa y lechosa actúa como una caricia que despierta las emociones. Seguidamente es el famoso cedro procedente de Himachal Pradesh el que se mezcla con el olor de los baúles de piel. Porque viajar siempre ha sido el mayor logro de la independencia. Y para capturar de la mejor manera la sensación que transmite nuestro fiel compañero, el sol —generoso, bajo y en todo su esplendor— el intenso ámbar impregna e ilumina el final del día.

Las notas de cabeza del perfume son cardamomo y pimienta negra, esencia de nuez moscada. En el corazón se encuentra el acorde lechoso, rosa y absoluto de mate, y para las notas de fondo, esencia de cedro, reina de ládano, piel y madera de ámbar.

Mientras que para Agarbathi: La luz se filtra en el templo en forma de rayos luminosos. El sonido del agua corriente conecta este momento con el exterior.

Una columna de humo de incienso señala una paz atemporal y muda. Pero mientras reina la tranquilidad, la avalancha de bergamota y bayas rosas nos recuerda a la vida y su característico ritmo palpitante. La sagrada resina de Olíbano se funde junto al omnipresente incienso y un acorde profundo de piel lechoso. Guirnaldas de jazmín del Himalaya, la flor elegida por Dios, cuelgan fuera, listas para adornar la cabeza de los invitados a la boda. El jazmín se mezcla con el incienso e ilumina el sombrío vetiver y la fragante madera de sándalo de la India. Otro signo que representa lo sagrado; la vida.

Sus notas de cabeza son la bergamota, esencia de Palo Santo y pimienta rosa. En el corazón, esencias de incienso y olíbano, acorde lechoso, absoluto de jazmín Sambac. Y para las notas de fondo esta la esencia de vetiver, madera de sándalo, ante y absoluto de bálsamo de abeto.

Las otras fragancias que ya están en el mercado son: Oud de Nil, la describen con una pregunta, ¿Qué podría resultar más seductor y exótico que un crucero por el Nilo? ; Alizarin, es una noche estrellada en un cálido desierto de Oriente Medio, donde la fragancia tiene muchas historias que contar; Halfeti, una poción tan deliciosamente tóxica que uno se enamora de inmediato; As Sawira, cuando una indulgencia sensual hace acto de presencia llega el momento de explorar un zoco; Lothair, ya sea navegando en alta mar o en tierra, en el club privado de Londres, los refrescos son fundamentales, como la ginebra o el té, bebidas típicas londinenses, pero este aroma tiene poco de familiar; Empressa, como cabría esperar, Empressa siempre viaja con estilo: abundantes perlas, espejos y sedas finas. Al igual que su aroma, deja una impresión seductora y duradera, pero sus aires nobles se visten de una gracia elegante.

Estos perfumes cuentan la historia de un barbero de Cornualles que viajó a Londres y abrió su establecimiento junto a los mejores sastres de Jermyn Street. A quien se le otorgó la royal warrant y que le cortó la barba al mismísimo Sha de Persia. En una época en la que el aseo personal era una cuestión de suma importancia y ser un caballero un asunto que requería una gran dedicación.

La Reina Victoria ocupaba el trono, el antiséptico hacía su primera aparición y enseñar el tobillo causaba sensación. Corría el año 1870.

Actualmente, Penhaligon’s consulta sus libros de recetas (¡vaya si lo hace!) y sigue fabricando sus productos en Reino Unido utilizando el diseño del frasco original.

Penhaligon’s está orgulloso de ostentar dos antiguas royal warrants: la concedida por SAR el Duque de Edimburgo en 1956 y la concedida por SAR el Príncipe de Gales en 1988.

Montse Carreño, Junio-2017