El serbio nuevo emperador de Roma

Novak Djokovic destronó a Nadal y se convirtió en el nuevo emperador en Roma. Imbatible desde el mes de diciembre pasado cuando alcanzó la primera Copa Davis para su país, flotó sobre la pista del Foro Itálico y ganó al español, el cuarto torneo consecutivo, el cuarto en una final Masters 1000, en esta ocasión a nivel del mar, tras más de dos horas y 13 minutos de juego y  por un doble 6-4.  El serbio esta invicto en    los 37 encuentros jugados en este año (13 ante rivales “top ten”), a tres de la marca de McEnroe. Esta considerado como el mejor arranque en la era profesional. Su estadística es 79 sets ganados, nueve de ellos por 6-0, de los 88 disputados. 39 triunfos, añadiendo los dos de la Ensaladera. Ganador de siete torneos antes de entrar en el ecuador del calendario ATP.

La final comenzó con más de tres horas de retraso por la lluvia, dejó la pista lenta, que favorecía a Nadal y limitaba el bote de la pelota, bueno para Djokovic. Nadal, cinco veces campeón en suelo italiano, trató de llevar el encuentro a su terreno. Demostró todas sus armas, paciencia en los peloteos, derechas espectaculares, levantó tres bolas de set, contestaba con su saque y desde el fondo de la pista las genialidades del serbio, no cesó de correr, regaló puntos inexplicables. Jugó más que otros días sobre la derecha del balcánico, evitando así su revés envenenado. Nole, se olvidó de la semifinal del día anterior y empezó a huir de los peloteos con un golpe ganador, se estiraba cada vez que tenía ocasión, con el revés fue demoledor y con la derecha trazó ángulos imposibles de devolver. Rafa no pudo hacer nada, perdió por cuarta vez ante el mismo jugador, por un doble 6-4.

Montse Carreño, 15 de Mayo de 2011.