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Formentera en una botella de vino

Formentera en una botella de vino

La menor de las Pitiusas dispone de dos bodegas donde se crea un vino con sabor de la tierra, una de ellas se ubica en Cap de Barbaria, al sudoeste, y la otra, Terramoll, en el altiplano de la Mola, ambas son del 2000. Entre chapuzón y chapuzón para los amantes del enoturismo pueden saborear los peculiares vinos que produce la isla.

Cuando se habla de Formentera lo primero que viene a la mente son sus playas espectaculares, su tranquilidad, pero a buen seguro, no se piensa en sus vinos. Muchos desconocen que en sus escasos 84km2 de superficie la tierra también da sus frutos en forma de viñedos, de los que dos bodegas producen vinos que supoenen un excelente maridaje a su gastronomía de proximidad.

La bodega Cap de Barbaria está ubicada a unos 6 kms de Sant Francesc, la capital, por la carretera que conduce al faro desde el que contemplar las mejores puestas de sol de la isla. Esta bodega, fundada en 2000, trabaja con cuatro variedades de uva. Cabernet sauvignon, uva tinta que da un vino con mucho color y aromas de frutas del bosque que, en climas cálidos como el de Formentera, se suavizan. Merlot, que da un vino con toques de ciruela y una estructura sencilla. Monastrell es una variedad tinta que da vinos con mucho color, ligeramente afrutados y de buena estructura, ideales para carnes. Y Fogoneu, muy típica de baleares, complementa a Monastrell dando un aroma distinto al vino, con un toque de mediterráneidad.

La bodega Cap de Barbaria produce dos vinos. El Cap de Barbaria hace la crianza del Cabernet y el Merlot en barricas de roble francés; y las de Monastrell y Fogoneu, en roble americano. El Ophiusa usa las mismas variedades pero maceradas con menos tiempo y una crianza más corta (entre 6-7 meses en barrica de roble francés). La bodega realiza la recolección siempre a mano, con una estricta selección en la propia viña.

Justo en la parte opuesta de la isla, en el altiplano de La Mola –a unos 200 metros de altitud y bañados por constantes vientos salinos– se encuentran los viñedos y bodega Terramoll (www.terramoll.es ), que data también del año 2000. Dispone de 12 hectáreas propias en las que cultiva las variedades Monastrell, Merlot, Cabernet sauvignon, Syrah, Viognier, Malvasía, Garnacha blanca y Moscatel de grado menudo, además de otras dos hectáreas en alquiler de viñas viejas de Monastrell.

La apuesta de Terramoll por la sostenibilidad se fundamenta en la no aplicación de productos químicos en su suelo de secano, ni herbicidas, ni abonos minerales, aunque ello suponga que sus producciones sean muy limitadas. Una primera selección se realiza en el campo y la segunda en bodega, por lo que el proceso de vinificación tiene en su origen una uva de primera calidad. Además, todas las variedades se vinifican por separado, en pequeños volúmenes y de forma artesanal, madurando los tintos en barricas de roble francés. Su objetivo es lograr vinos de máxima calidad que reflejen el paisaje que les rodea.

Terramoll elabora seis tipos de vinos, todos ellos producidos a partir de agricultura ecológica: dos tintos (Es Monestir, monovarietal Monastrell de pie franco; y Es Virot, que une Merlot y Cabernet sauvignon), tres blancos (Savina, Lliri Blanc y Es Vermut) y un rosado (Rosa de Mar). En el apartado enoturístico, la bodega ofrece degustaciones de sus vinos, de mayo a septiembre, los lunes, martes, jueves y viernes, de 19.00 a 21.00 horas. Esta actividad incluye un paseo por los viñedos y su entorno, la visita a la bodega, degustación de 3 vinos y aperitivo con productos de Baleares.

Montse Carreño, 22-Julio-2020