Lágrimas por Tito

Francesc Vilanova i Bayo (Bellcaire d’Empordà, 17-Septiembre-1968) falleció tras dos años y medio de lucha contra el cáncer en la clínica Quirón, que le apartó de su gran ilusión y sueño, entrenar al equipo de su vida. Diariamente acudía para someterse a tratamiento paliativo, pero el jueves estaba muy débil y no pudo regresar a su casa quedándose ingresado. Durante este tiempo le realizaron varios tratamientos e intervenciones quirúrgicas tanto en Barcelona como en Nueva York, con reparaciones y recaídas.

El viernes sobre las seis de la tarde el club comunicó el fatal desenlace, no sólo el mundo del fútbol, sino en todos los ámbitos y en personas ajenas se les encogió el corazón. Empezaron a llegar innumerables muestras de cariño por las redes sociales.

Las banderas del Camp Nou ondearon a media asta en recuerdo de su entrenador que visitó por última vez el estadio el pasado 8 de enero para ver el Barça-Getafe. Tito entró con 15 años en la Masía, para triunfar en el Barça pero treinta años después salió por la puerta grande, con un palmarés inigualable como técnico.

Especialmente emotiva fue la despedida de los jugadores en el espacio de condolencias del Camp Nou, todos en el libro, Gerard Piqué, Xavi, Messi, algunos como Iniesta no pudieron contener las lágrimas. El capitán Carles Puyol, habló en nombre de todos sus compañeros, todos le han apoyado en su lucha contra el cáncer, una enfermedad que se lo ha llevado a los 45 años.

El Barça decretó tres días de luto, un enorme crespón negro cruzó el césped del estadio, más de 50.000 aficiones desfilaron para presentar sus respetos. En la tribuna principal, y bajo el lema de “Tito per Sempre Etern” se acumularon infinidad de coronas de flores y ofrendas de aficionados anónimos. Tras guardar cola, se desfilaba por un pasillo en el que se podía escribir en un libro de condolencias y, posteriormente, se honraba la figura del exentrenador ante una imagen gigantesca suya, con las banderas del Barça y Catalunya, su equipo y su país, a un lado. Acompañaba una música suave y envolvente, creando una atmosfera de recogimiento. El técnico fue incinerado en la intimidad en la iglesia del Castell de Peralada, provincia de Girona, donde se casó con Montse, demostrando una nueva declaración de amor hacía su esposa. Todo lo había dispuesto el técnico cuando vio que su hora se le acercaba y sus familiares cumplieron sus deseos.

Era una persona muy querida y respetada en los círculos blaugranas y en el mundo del deporte en general, por eso alrededor de 1500 personas asistieron el lunes al funeral en la Catedral de Barcelona. Un emotivo adiós en el que la familia se sintió muy arropada por el cariño de la gente. Su mujer, Montse y sus hijos Adrià y Carlota, estaban destrozados por el dolor pero recibieron el consuelo y el apoyo de numerosos amigos, compañeros de equipo y directivos del Barça, así como técnicos de otros clubes impactados por su fallecimiento.

Con la asistencia del president de la Generalitat, Artur Mas, el alcalde de Barcelona, Xavier Trias y la delegada del Gobierno, María Llanos de Luna, el funeral congregó por primera vez a todos los presidentes del club vivos, salvo Raimon Carrasco, ausente por enfermedad.

Además de los miembros de la actual junta directiva, capitaneada por el actual presidente, Josep María Bartomeu, los expresidentes Agustí Montal, Josep Lluís Núñez, Joan Gaspart, Enric Reyna, Joan Laporta y Sandro Rosell se sentaron en el mismo banco para dar su último adiós al extécnico.

Fue una misa solemne y emotiva donde sus hijos tuvieron palabras de reconocimiento a la figura de su padre. Cabizbajos y tristes la cara de Puyol, Iniesta, Messi, Piqué, Busquets, Valdés, Neymar,y Fábregas, entre otros, reflejaban el sentir de la pérdida del que fuera su amigo y entrenador.

Los seguidores culés pudieron seguir la ceremonia en dos pantallas gigantes instaladas en los exteriores de la Catedral, todos familiares, vecinos, directivos, jugadores y un sinfín de amigos incondicionales despidieron al hombre que llevo con tanta dignidad y discreción su enfermedad.

Representantes de numerosos clubes se dieron cita en la catedral, desde su eterno rival, el Real Madrid, Emilio Butragueño en representación, hasta su adversario ciudadano, el Espanyol, con su presidente, Joan Collet, su entrenador, Javier Aguirre y cinco jugadores.

Montse Carreño, 28-Abril-2014