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Lágrimas que valen su séptimo Roland Garros

Lágrimas que valen su séptimo Roland Garros

La lluvia detuvo la final de Roland Garros entre Nadal y Djokovic 6-4,6-3,2-6 y 1-2, alrededor de las 19 horas del domingo. Mientras la arcilla se mantuvo seca, el español dio una auténtica lección de tenis, arrollando al número uno y evidenciando que nadie en la historia de este deporte ha sido tan superior. Jugó con agresividad, golpeaba muy fuerte la bola, sobre todo con su derecha, mientras que Djokovic parecía nervioso, tal vez notando la presión de jugar su primera final de Roland Garros.

Djokovic le había dado la vuelta al set aunque se le seguía viendo nervioso, gesticulando en exceso y llegando a romper su silla tras un golpe con la raqueta. Nadal veía que el serbio no estaba en su mejor momento y lo aprovechó para romper de nuevo el servicio y ponerse 5-3.

Nadal restaba para adjudicarse el segundo set pero la lluvia hizo su aparición. Las gotas habían empezado a caer hacía ya algunos juegos pero la organización había decidido continuar hasta que se hiciera imposible la disputa del partido. La parada duró 30 minutos pero el mallorquín regresaba a la pista totalmente centrado y cerraba el segundo parcial con una nueva rotura (6-3).

Nadal no jugaba cómodo, las tímidas gotas de lluvia que caían sobre la capital francesa hacían que cada vez la tierra estuviera más pesada, lo que dificultaba el juego del mallorquín, la bola pesaba y los golpes liftados del español se quedaban parados, lo que permitió al serbio venirse arriba para hacer 8 juegos seguidos antes del parón definitivo.

No se suspendía una final de Roland Garros desde 1973, un torneo en que el rumano Nastase se terminó imponiendo al croata Pilic (el partido terminó en martes).

El lunes 11 de junio, a las 13horas, saltaron otra vez a la pista, para intentar terminar el partido, a pesar de caer algunas gotas, los jugadores decidieron continuar. Con una doble falta, Nole perdió el partido, Rafa se tiró de rodillas, lloró en la tierra roja de Paris, parecía que iba a levantar los brazos, pero prefirió ir a abrazar a su amigo Djokovic, que estaba cabizbajo y triste.

Tras la emoción del momento arrojó la raqueta con rabia, puños en alto y mirando al cielo, en medio de la pista. Se saltó el protocolo, se secó las lágrimas y saltó una valla para abrazarse a su equipo, familia y amigos.

Ya más sereno recogió la Copa de los Mosqueteros de manos del extensita sueco Mats Wilander, también la levantó con rabia y fuerza hacia el cielo y al bajarla se dio un buen golpe en su mejilla izquierda. Con la mirada perdida, pero con el rostro reflejaba ilusión y felicidad escuchó el himno español, después de morder el trofeo, mientras posaba para la prensa, Rafa contaba las veces que estaba inscrito su nombre en la Copa. Ya estaba tranquilo y relajado, estaba sentado en el borde de la tarima de la entrega de los premios, contemplado la hazaña que había realizado, se encontraba como en su casa, no se movía y posaba para todos los medios, sabiendo que ya tenía siete Roland Garros en su poder.

El triunfo sobre Djokovic por 6-5, 6-3,2-6 y 7-5 quedará grabado en la historia. Porque significó el séptimo título en Roland Garros (cifra sólo conseguida en categoría femenina por Chris Evert), dejando atrás al sueco Bjorn Borg, y erigiéndose, por si había dudas, en el mejor de todos los tiempos sobre tierra batida.

La prensa nacional e internacional, cómo no, rendida a sus pies y él sin levantar los pies del suelo. Los suyos estaban incrédulos al ver que este chico, de sólo 26 años ha conseguido el éxito con la creencia de que la vida, el trabajo, la humildad son el camino perfecto.

Rafa sumó a sus siete títulos de Roland Garros, 11 títulos de Grand Slam, sigue apuntando de manera firme al récord de Roger Federer, que suma en su carrera un total de dieciséis. A los que ya ha igualado es a Rod Laver y Björn Borg, quedando por delante sólo Roy Emerson y Pete Sampras, con doce y catorce grandes respectivamente. Los otros cuatro son Wimbledon 2008, Open de Australia 2009, Wimbledon 2010 y US Open 2010, 4 Copa Davis o 21 Master 1000, se dice rápido, 55 copas levantadas a lo largo de su carrera. Nadal se acerca cada día más a Muster (41) y Vilas (46) para igualar a torneos conseguidos en tierra batida. Con el triunfo de Paris ostenta la friolera cantidad de 36 títulos en esta superficie.

En la rueda de prensa posterior demostró su humildad, aunque reconoció que es un campeón  "No sé si soy el mejor de la historia, pero sí soy el que más veces ha ganado aquí. Todo lo demás no cuenta, lo que cuenta ha sido ganar ahora, ganar Roland Garros, que ha sido una sensación y una emoción increíbles"."Venía de hacer una temporada de tierra prácticamente impecable, venía con confianza, creo que he jugado uno de mis mejores Roland Garros, pero tenía enfrente a Novak, que me había ganado en las tres últimas finales de Grand Slam, así que era un partido mentalmente complicado. Por suerte estoy aquí con el trofeo, lo he conseguido y es realmente emocionante", finalizó Nadal, que ahora comenzará su preparación para Wimbledon.

Montse Carreño, 11-Junio-2012