Miguel Bosé, nostálgico y actual

El artista español Miguel Bosé ofreció  un concierto  de su nueva gira "Papitwo" en el Palau Sant Jordi, de Barcelona, un espectáculo sonoro y visual en el que estuvo acompañado por Manel Fuentes con quién canto “Bambú” y su sobrina, Bimba Bosé, que le acompañó en “Como un lobo”. Con una escenografía impactante y un espectáculo lumínico que envolvió el Palau dibujando formas abstractas al antojo de la música, el artista hizo su puesta en escena, que todos pudieron seguir por una gran pantalla situada en el fondo del escenario, que acompaña el diseño del show de manera gráfica.

No se llenó, como ocurrió con Papito, ya que esa vez, lleno en dos ocasiones el Sant Jordi, pero parece que esta nueva antología con dúos, no tiene tanto éxito. El escenario se adelantó, el montaje se situó así más cerca de las gradas y los fans pudieron sumergirse un poco más en el show, cuando a media actuación, llegó el momento intimista con su escena de sofá y sin su americana, luciendo una camisa con cenefas barrocas que por supuesto causo furor entre los asistentes. Se arrancó con “Don Diablo”, momento que los fans aprovecharon para bailar, le siguieron canciones que llevaron a más de uno al recuerdo, ya que Miguel Bosé lleva más de tres décadas en el mundo de la música.

Empezó el concierto con bastante puntualidad con la canción “Mirarte”, le siguieron “Duende”, “Nena”, después de está aprovecho para saludar tanto en catalán como en castellano a Barcelona, volvió a interpretar “Aire soy”, “Sol Forastero” y “Los chicos no lloran”, el público estaba totalmente entregado al cantante, las canciones más antiguas eran cantadas por todos y las más novedosas por unos fans minoritarios. Aprovecho el artista para dirigir unas palabras, prometiendo que todo sería una gran magia y que para las siguientes horas iría creciendo como la espuma.

Siguió su repertorio con “Partisano”, “Olvídame tu” y “Gulliver”, en ese momento quiso decirles a sus fans que venía un impas donde iba a recordar canciones que han quedado marcadas en su trayectoria musical, ya que lleva 30 años cantando. Entonces apareció un sofá, quiso parar el tiempo y dar marcha atrás para buscar viejas canciones e historias donde se sentó e imaginariamente iba sacando los temas más nostálgicos como “Te diré”, “Morir de amor”, “Don Diablo”, “Creo en ti”, “Amiga”, “Linda”, “Puede que” y “Sevilla”, lo que provocó la entrega del público.

Bosé apeló al amor y a la solidaridad, un "ejercicio" que hay que practicar no sólo con la pareja o la familia, sino con nuestros iguales, y puso como ejemplo para ello dar un trabajo, una casa o un abrigo, ya que el día de mañana, "podemos pedir nosotros una patria, un abrazo", o "Nada en Particular", tema que cantó con los vaivenes del público.

Bosé evocó su estrecho vínculo con el Palau Sant Jordi, «templos sagrado» que ha visitado «en todas las giras desde 1990». De hecho, fue uno de los primeros artistas en actuar en el entonces recién inaugurado recinto olímpico. Luego, para presentar la pacifista Partisano, hizo una alusión al 25-S madrileño. «Que paren ya los golpes y la represión en nuestro país. Que paren de una vez», pidió antes de añadir una declaración universal. «Solo nosotros, los ciudadanos, podemos cambiar las cosas».

Se llevaban más de dos horas de concierto y se estaba llegando al final, “Morena mía”, “Hacer por hacer” y el dueto con Bimba Bosé con “Como un lobo”, acercaron a los bises.

“Si tu no vuelves”, “Estuve a punto de” y “Bandido”, cerraron las dos horas cuarenta minutos de entrega por parte del artista, que quiso recorrer sus 30 años en el mundo de la música, pero los presentes les faltaba una canción que es habitual en todos sus conciertos, finalizar con “Te amaré”, pues no defraudo volvió al escenario, la cantó y dijo que el amaba Barcelona.

Montse Carreño, 27-Septiembre-2012