Murray entra en la historia londinense

Los ingleses han tenido que esperar 77 años para que un escocés ganara el torneo de Wimbledon. Al ganar el punto definitivo Andy Murray se cayó de rodillas sobre el césped con las manos en la cara. No era un sueño sino una realidad, acababa de conseguir su primer título en Wimbledon.

Los gritos del público retumbaban en la pista central, ya tenían un nuevo héroe, el último británico que ganó este Grand Slam fue Fred Perry, en 1934, 1935 y 1936.

Estuvieron tres horas y nueve minutos de largos intercambios. Al ser dos jugadores pacientes, uno de los dos debía tomar la iniciativa y Nole empezó a probar opciones, pero siempre se encontraba con el muro Andy. El número uno lo movió de un lado al otro de la pista, buscando su error, pero Murray llegaba a bolas imposibles, a dejadas de impotencia y a golpes que en otro partido serían ganadores, pero no con él. Djokovic no encontró la clave del partido y se le vio más cansado mientras Andy estaba más fresco tanto de físico como mental.

A principios de 2012, se puso bajo las órdenes del checo Ivan Lendl, casualidades de la vida, cuando era jugador ganó ocho Grand Slam, pero ningún Wimbledon. Disputó cinco semifinales y dos finales, pérdidas frente a Cash y Becker. Y ahora como coach ha sabido dar la lección perfecta a su pupilo.

Andy Murray es un hombre muy solidario. Ross Hutchins, es el mejor amigo de Murray, padecía un cáncer linfático y el tenista decidió entregar los 85 mil euros que ganó al adjudicarse el torneo de Queen’s al hospital por la atención que le brindaron a su amigo. Ahora ha anunciado que donará su premio de 1,6 millones de libras al Royal Marsden Cancer Hospital.

Murray ganó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Londres, el Grand Slam de EE.UU y ahora Wimbledon, parece que al fin ha cogido la directa y está dispuesto a ganarlo todo.

Montse Carreño, 07-Julio-2013