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Nina L’Eau

Nina L’Eau

En 2006 hizo su aparición Nina, la fragancia “gourmande” y en pocos años se ha convertido en uno de los mayores éxitos olfativos y un clásico de la perfumería. Una Eau de Toilette (Nina) en 2006 y más tarde una Eau de Parfum (Nina L'Elixir), en 2010.

Con el paso de los años, su emblemático envase en forma de manzana no ha dejado de seducir. Sus notas tentadoras y deliciosamente femeninas encantan y las jóvenes atesoran sus ediciones limitadas.

En 2013, Nina inicia un nuevo capítulo, con un agua fresca, Nina L'Eau, y una nueva campaña publicitaria para la línea, encarnada por una princesa más segura y sensual.

En cuanto al vestido de la princesa se ha seleccionado un color nude muy sutil, una muselina de seda pura y un precioso encaje; una  fluida línea neoclásica y una vaporosa cola de dos metros de largo.

Si la femineidad se hiciera vestido, tendría sin duda la gracia y la delicadeza de esta pieza creada por las gráciles manos de las «hadas» que trabajan en el taller parisino de Nina Ricci.

Hicieron falta 15  personas (diseñadores, patronistas y costureras) y 350 horas de una técnica y un savoir-faire únicos para crear el vestido de Nina. Una creación contemporánea, fresca y sofisticada, que esconde en su interior el sello propio y los secretos de la Casa: lo visible y lo invisible, cintas y drapeados, tejidos vaporosos y plisados.

La protagonista vive en dos mundos. Uno es real, el otro no. A menos que sea al revés.

Un apartamento, obligatoriamente parisino. Paredes inmaculadas, molduras y punto de Hungría, donde cada espejo es una invitación a pasar al otro lado.

Atravesarlo y marchar.

Desvanecerse en la más bella búsqueda de los sueños más hermosos. Aquellos que se hacen despierto.

El apartamento, el árbol, la manzana, el blanco.

Si Nina permanece fiel a sus símbolos, resulta todavía más sensual, misteriosa y libre. Paradójica como un cuento de hadas, graciosa y decidida. Una joven en busca de sí misma coqueteando voluntariamente con la magia y lo inesperado.

La campaña es exploradora sutil e incansable de su secreto.

Rodada por Eugenio Recuenco, que firma la tercera campaña del perfume, Nina toma esta vez los rasgos de Frida Gustavsson.

Metáfora vibrante del viaje interior, este nuevo cuento desvela los entresijos de un laberinto de escarcha y plata, un vestido de alta costura, nude y muselina de seda (pieza única creada especialmente para la Maison Nina Ricci), un ángel guardián de mirada penetrante, un árbol majestuoso.

El perfume de ese perturbador momento en que una joven se convierte en mujer.

Frescura, por supuesto, una gran frescura con el nerolí escarchado, pero también la dulzura y la feminidad de la flor de manzano, la voluptuosidad de la gardenia y la redondez del almizcle blanco...

La ráfaga de la juventud, viva, ligera y sensual.

El agua floral afrutada fresca firmada por Olivier Cresp, maestro perfumista de Nina. Una nueva obra para la fragancia gourmande, recogida en un envase en forma de manzana de vidrio escarchado rosa suave con hojas de plata.

¿Qué descubrirá Nina al final de su búsqueda?  Ese es su secreto...

Montse Carreño, 18-Febrero-2013

  • 18FEBRERO2013 Nina L’Eau. Foto: Puig.
  • 18FEBRERO2013 Nina L’Eau. Foto: Puig.
  • 18FEBRERO2013 Nina L’Eau. Foto: Puig.
  • 18FEBRERO2013 Nina L’Eau. Foto: Puig.
  • 18FEBRERO2013 Nina L’Eau. Foto: Puig.
  • 18FEBRERO2013 Nina L’Eau. Foto: Puig.
  • 18FEBRERO2013 Nina L’Eau. Foto: Puig.
  • 18FEBRERO2013 Nina L’Eau. Foto: Puig.
  • 18FEBRERO2013 Nina L’Eau. Foto: Puig.
  • 18FEBRERO2013 Nina L’Eau. Foto: Puig.
  • 18FEBRERO2013 Nina L’Eau. Foto: Puig.