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Nueva novela de Màxim Huerta, ‘Paris será toujours Paris’

Nueva novela de Màxim Huerta, ‘Paris será toujours Paris’

En el Fnac del Triangle de Barcelona presentó su nuevo libro ‘Paris será toujours Paris’ (Lunweg Editores). Es un paseo por el Paris de los años veinte, pero en formato guía que consta de 224 páginas con ilustraciones. Después de haber escrito siete novelas ha vuelto a caer en la tentación de escribir sobre la capital francesa, ya lo hizo con “Una tienda en París”. El periodista y escritor reconoció que con este nuevo libro “he vuelto a confiar en mí y he recuperado la ilusión, que no tenía perdida, pero sí dormida”.

El hasta ahora ministro más breve de la democracia española reconoce que este “ha sido un libro feliz; en un momento gris por muchas cosas que han pasado y están pasando, este es un libro lleno de color”. Maria Herreros reconoce que “es para los nostálgicos, para los que añoramos un poquito el pasado y los tiempos en los que todo era más espontáneo”.

La sinopsis de este último libro se basa en la famosa librería Shakespeare and Company y los miembros de la generación perdida, el desafío de las garçonnes, las bandas de jazz que convirtieron Montmartre en el nuevo Harlem, las manifestaciones surrealistas, la deslenguada Kiki de Montparnasse, el bullicio de las terrazas y cafés… La ciudad de la luz fue durante los años 20 cuna de la vanguardia, epicentro del arte y lugar de encuentro de los más variopintos creadores. Hoy, esa elegancia se sigue respirando en sus calles y cafés.

A través de sus personajes, lugares, aromas, Màxim Huerta (escritor) y María Herreros (ilustradora) proponen un paseo de lo más inspirados por el París de los años veinte, epicentro de la cultura y la diversión.

Pintores, músicos, escritores, cabarets, vida nocturna, bohemia, ateliers, barrios…, todo tiene cabida en este libro irresistible que recoge un buen puñado de anécdotas que conquistarán a los amantes de la capital francesa. Incluye un mapa con los principales iconos de París.

Huerta adora París desde que sus tías emigrantes regresaban a Utiel cada septiembre para la vendimia “y estaban resplandecientes, como si volvieran del reino de Oz”, explicó. El libro está dedicado a estas tías que le explicaban tantas cosas sobre la ciudad el Sena.

Conoció a la dibujante cuando lo retrató para un artículo en una revista. “Nos gustamos mucho, teníamos ganas de trabajar juntos”. Disfrutando de café y cruasanes nació el proyecto. Entre medio, también nació el bebé de Maria, que tiene un año, y el pasado junio Huerta fue nombrado ministro. Duró seis días. Dimitió por un fraude a Hacienda por el que ya había pagado la multa. “Màxim es muy disciplinado. Debo tener cuidado con lo que le propongo porque se puede obsesionar mucho hasta que lo consigue”... Por eso Huerta lo saludó tan efusivamente al llegar. Huerta, que se identifica “totalmente” con las ilustraciones de su compañera (de libro y de iniciales) no descarta seguir sus pasos.

Pocas ciudades generan tanta fascinación como París, que fue durante los años veinte el epicentro del arte, la cultura y la diversión. Escritores, pintores, y artistas de toda índole se daban cita en sus cafés en los que bullían el alcohol y las ideas. Los talleres de los artistas se esparcían aquí y allá, y muchas chicas deseaban huir de la pobreza y las restricciones de la época y encontraban en hacer de modelo una salvación. No solo se ganaban la vida si se convertían en favoritas, sino que entraban en contacto con artistas, la noche, las fiestas… esa vida intensa y bohemia que ofrecía París.

París se rindió al arte en todas sus facetas, y la belleza era el denominador común. Las placas de las calles, las estaciones de metro, las fuentes… el arte estaba presente en todos los elementos de la ciudad. Durante los años de la primera guerra mundial nacía también una nueva mujer: una forma de belleza inquietante, peinados cuidadosamente despeinados y actitud libre. El mundo de la moda trabajaba por la liberación de las mujeres, y este cambio alcanzó su plenitud con las garçonnes, que con su corte de pelo bob o a lo chico, constituyeron un provocador acto político.

‘París será toujours París’ es a la vez un repaso y una declaración de amor al arte, la cultura, la moda y las costumbres del París de los años veinte. Una recopilación de personajes variados como Kiki de Montparnasse, Colette, Man Ray, Modigliani o Mistinguett. Es también un paseo por su mobiliario urbano, por sus locales más significativos, y hasta por sus sabores más característicos.

Montse Carreño, Octubre-2018