Nuevas Eaux Fraîches 2016 de Jean Paul Gaultier
Este año las ediciones de verano de Jean Paul Gaultier cuentan con dos invitados muy especiales: Betty Boop y Popeye. Se conocen de sólo una vez – en un dibujo animado de los años 1930, fue ardiente. Ahora la pin-up y el marinero, aparecen por primera vez como fetiches de Gaultier en sus icónicas latas. El encuentro era inevitable. Se ve tan evidente en la historieta creada especialmente para esta temporada, cuando Betty y Popeye conocen a Jean-Paul Gaultier en Paris. Estos héroes populares, simpáticos y eternos encajan a la perfección con el espíritu de las Eaux Fraiches, dos nuevas fragancias creadas especialmente para esta ocasión.
Popeye, marino, divertido, musculoso, tatuado, bocazas, nervioso, popular, elegante, coqueto, bondadoso, valeroso e incluso vegetariano (las espinacas), es el personaje que se impregna en Le Mâle eau fraîche. Un perfume que se funde en una armoniosa esencia, contundente y fresca, como una camiseta de tirantes inmaculada recién lavada, y diseñado por la perfumista Nathalie Gracia-Cetto. El Neroli y la menta enriquecen esta base. La salvia, con su acertada sensación dulce y gustativa, se mezcla con el haba tonka, el sándalo y la vainilla – notas de fondo sensuales – porque una camiseta de tirantes es y será siempre irresistiblemente sexy.
En cuanto al Packaging, es una lata, firma inoxidable de Jean Paul Gaultier, esboza colores de verano. Se engalana de un azul vivo metalizado para Popeye y se empolva de rosa para Betty Boop. Mientras que el frasco en el caso de Betty Boop luce un corsé y Popeye su camiseta marinera, se mezclan con los códigos Gaultier en los frascos Classique y Le Mâle, en un golpe visual del que emana una audacia divertida.
Betty Boop, ¿Quién mejor que Betty Boop para encarnar de forma impactante el espíritu femenino inherente a Classique? Esta pin-up de los locos años 20 estaba destinada a renacer en la modernidad olfativa de la “Belle Parfumerie”. Cabaretera, ladronzuela, exuberante, precursora – Marilyn Monroe le tomó prestado su famoso “Boo-oop-a-doop” – y descarada, a quien la censura americana pretendía convertir a toda costa en ama de casa. En definitiva, un alma libre. Classique Eau fraîche es un sirope de azúcar ardiente. Fusiones insólitas de flores blancas diseñadas por la perfumista Daphné Bugey. El jengibre, inseparable de Classique, se ha trabajado como una sobredosis exquisita: aquí se combina con un sorbete de limón para el toque cristalino, suavizado con zumo de caña de azúcar. Caña de azúcar, sí, pero realmente dotada de sensualidad por el neolabdanum. Se percibe asimismo la nota de vainilla. El almizcle tiene la última palabra y corre a decir al cerebro que siempre volveremos.
Dichas fragancias se podrán encontrar en las perfumerías a partir del 15 de Mayo y pretenden revolucionar el verano con sus aventuras y olores.
Montse Carreño. 04-Abril-2016
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