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Nuevo champagne de la Maison Krug

Nuevo champagne de la Maison Krug

En Maison Krug cada Vintage conmemora el carácter distintivo de un año en particular, siendo el resultado de la mezcla única de los vinos más expresivos de ese periodo y saliendo ensalzado tras más de diez años de letargo en bodegas.

Cada Krug Vintage tiene su personalidad propia: es la expresión musical interpretada por Krug en un año en particular. Celebran la generosidad de la naturaleza a través de una declaración como un Krug Vintage lo que supone siempre un indiscutible desafío desde que Joseph Krug fundó la Maison en 1843. Krug 2006 encarna esta quimera, la deleitable historia de un año indulgente y lleno de contrastes bautizada como “Caprichosa Indulgencia”.

Joseph Krug empezó a escribir la tradición de esta centenaria Maison es cuando se vio impulsado por su propia creencia de que la verdadera esencia del Champagne es el placer en sí mismo. Desde el primer día ofrece el Mejor Champagne con independencia de las variaciones climáticas año tras año. Supo descollar todo límite en la creación del Champagne instituyendo una Maison donde todos los Champagnes responderían al mismo nivel de distinción.

En el año 1948 escribió en su cuaderno personal “una buena Maison sólo debería crear dos Champagnes de la misma calidad”, en su caso el número 1, es Krug Grande Cuvée, y el número 2, el Champagne de las circunstancias, Krug Vintage.

Desde el punto de vista de Krug, 2006 dio a luz un clásico y solemne champagne, generoso en su intensidad de aromas, con un final de grandeza en el paladar. Su composición, la forman una selección de vinos de parcelas de Pinot Noir conjetura la mitad de su mezcla (45%), la mayoría procedente de las zonas de Montagne, de Reims Norte, Sur y Les Riceys. La madurez de los Chardonnnays (35%) adiciona cuerpo y opulencia, mientras que los Meuniers (20%) de Leuvigny y Sainte-Gemme tensión y longitud.

Para obtener su perfil aromático y expresivo se logra después de 12 años de plácida quietud en bodegas, ganando en tiempo equilibrio y sutileza. A primera vista, un penetrante dorado; en nariz, una expresiva fruta amarilla y seca, almendra tostadas, avellana, jarabe de arce, merengue y licor de mandarina. En boca, una sensación profunda, amplia y fresca con persistencia aromática y notas de turrón, tarde de frangipane y cítricos, con un afable acabado en piel de uva rosa. La composición melodiosa de 2006 es virtuosa, enardecida, envolvente y del vigor de “Verano” de Vivaldi o “Omen” de The Do.

La trayectoria familiar ya lleva seis generaciones pero no se olvidan del fundador de la Maison, por eso, Krug 2006 y Krug Grande Cuvée Edición 162 se presentan conjuntamente de un modo inaudito. Para estas Navidades Krug desvela su edición limitada más codiciada, “Les Créations de 2006”, una sobria caja de madera que encubre estas dos creaciones y de la cual sólo existen 100 unidades repartidas por todo el mundo.

Montse Carreño, 13-Noviembre-2019