Paco Rabanne presenta 1 Million & Lady Million Privé
En 1968 Brigitte Bardot chasqueaba las onomatopeyas de su Gainsbourg. ¡Clic! ¡Chack! ¡Bam! Dos años antes, Paco Rabanne aterrizaba en el mundo de la moda y vestía a las estrellas del pop de metal recortado, al tiempo que anunciaba su programa provocador: “¡La creación es shock!”. Un chasqueo de los dedos y un salto en el tiempo: en 2008, Paco Rabanne lanza un lingote al estanque de la perfumería.
1 Million es brillante, insolente, iconoclasta. Lady Million, su alter ego femenino, le sigue en 2010. Juntos forman la pareja emblemática de la década, conquistadora y libre. Brillante. Fascinante.
Alfombra roja, fotógrafos y proyectores. Hollywood, París, Londres, San Petersburgo. Lujo, opulencia, glamour, trivialidad. Un toque de aburrimiento y demasiado bla bla bla… Una mirada a la derecha, un guiño. ¡Cling! Él la coge de la mano y se la lleva consigo. Juntos, corren, se pierden, se esconden. Él será Clyde, y ella, su Bonnie. En el punto de mira, el placer puro de la adrenalina, el que enloquece y fortalece, el que se alimenta de escalofríos.
Una caja fuerte se abre al chasquear los dedos. Ahí están. Destellantes, intensos, preciosos: el famoso lingote y el diamante insolente. Con la puerta cerrada tras ellos, y el mundo a sus talones, los cómplices fugitivos ruedan su película en privado.
Al amanecer, han huido. Un perfume de leyenda en el ambiente. Un dedo sobre los labios ¿qué se oye? Chssst… El silencio es oro.
Vistiendo la moda de oro, Paco Rabanne es el rey. Françoise Hardy resplandece a mediados de los años 60 con un vestido compuesto por 9 kilos de placas de oro fino, incrustadas en el escote con unos 300 quilates de diamantes. Este mismo resplandor es el que inspiró el frasco de 1 Million, el lingote, atrevido, revisitado por Noé Duchaufour Lawrance en 2008.
Para ella, el vidrio está tallado con la forma del Regent. Descubierto en India en el siglo XVII, este famoso diamante de más de 400 quilates en su origen, forma parte de las joyas de la Corona de Francia y se conserva en el Museo del Louvre.
En versión Privé, los frascos se iluminan con una luz de eclipse. El oro se vuelve más profundo, ambarino, cuando las placas doradas se levantan sobre los capuchones: “Privé”. El dorso está desnudo, translúcido, y deja adivinar un jugo de tonos ambarinos. Paco Rabanne es maestro en el arte de desvelar solo lo necesario.
Hace siete años, Christophe Raynaud, con el apoyo de Olivier Pescheux y Michel Girard, imaginaba 1 Million Eau de Toilette. Un jugo de cuero, animal, iluminado por un toque de mandarina sanguina y de canela. Estos dos últimos elementos, deflagradores y chispeantes, son los que ha conservado para 1 Million Privé. En un twist, sublima la fragancia y la incrusta con materias nobles para hacerla pasar de lo clásico a lo único. En el corazón, una aventura inédita: un tabaco de narguile enriquecido con preciosa mirra. El fondo es sensual y cálido, maridaje de absoluto de haba tonka y pachulí mítico. ¡Vibra y estalla! Este ensamblaje de materias excepcionales tiene los colores cálidos del oro y del cobre, los reflejos orientales de la resina de mirra, la profundidad mate del tabaco. El hombre 1 Million Privé aparece bajo nuestra nariz: elegante, a veces frívolo, a menudo extremo. Nunca donde se le espera, en desfase permanente…
“Adictivo”, “embrujador”, “prohibido”… Cuando Anne Flipo, creadora de Lady Million y hoy de su versión Privé, evoca el perfume de esta mujer cautivadora e irresistible, un universo entero se abre en efluvios. En torno a una flor de azahar y a las maderas vibrantes, Lady Million Eau de Parfum apuesta a fondo por la seducción, atrayendo a su compañero hacia un dúo amoroso casi peligroso. Lejos de calmar las cosas, Lady Million Privé va todavía más lejos, adentrándose en parajes hipnóticos y profundos, de inspiraciones orientales y sensuales. La flor de heliotropo y su faceta solar, la vainilla, cálida y cremosa, y la frambuesa constituyen el trío desconcertante que sella el hechizo.
En el fondo, el haba de cacao, suave y cautivadora, hace su entrada seguida de la miel y del pachulí vibrante. Un efecto narcótico irresistible, una ola de calor como un siroco suave, envolvente y voluptuoso. Una invitación al deseo y un perfume de evasión.
Ella es tan rubia como él moreno, tan seductora como él tenebroso. Hana Jirickova es Lady Million, una chica de oro enfundada en un mono de piel, muy a la manera de “Los Persuasores”, imaginado por Julien Dossena para Paco Rabanne. Su mirada desvela su preferencia por la vida en el filo. Detrás de sus rasgos divinos, esta modelo estrella que ha posado para los más prestigiosos, se come la vida a bocados. Originaria de la República Checa y tras haber vivido dos años en París, actualmente está instalada en Nueva York. Mientras Hana se examinaba del selectivo en el Instituto de arte de Praga, Sean O’Pry, su cómplice con el rostro que vale 1 Million, ponía a prueba su cuerpo en el campo de fútbol americano de su ciudad natal, en Georgia. Descubierto a los 17 años, con su físico de atleta y sus ojos azul petróleo, Sean resucita en la imaginación colectiva la imagen de los top models míticos. Tan guapo como Greg Hansen, tan encantador como Werner Schreyer, Sean O’Pry es un chico irresistible, nacido para la aventura. Un chico de oro, destinado a asaltar los corazones y a hacer las delicias del corazón, ya no tan tierno, de su inquebrantable Lady.
Montse Carreño, Julio-2016
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