Perelada gana dos Bacchus d’Or

Finca Espolla 2011 y Finca La Garriga 2011, son dos vinos negros que han vuelto a conseguir dos Bacchus d’Or en la última edición del Concurso Internacional de Vinos Bachuss 2016.

El certamen se celebró en Madrid durante cuatro jornadas con un extenso jurado formado por responsables de compras de grandes cadenas de distribución nacional e internacional y críticos de vinos. Bachuss 2016 contó con firmas de primer nivel de la talla de Pierre Casamayor (Revue de Vin de France, Francia), Bernard Burtschy (Le Figaro, Francia), Rocío Amador (Guía Peñin Mèxic) o Luis Lopes Ramos (Revista de Vinhos, Portugal), además de figuras claves como los responsables de grandes cadenas de alimentación y bebidas a nivel internacional.

Para Finca Espolla, es el segundo Bacchus d’Or logrado, ya que el año pasado lo logró con la añada de 2010. Es una viña de 21 hectáreas situada en las estribaciones de los Pirineos, en la zona conocida como Les Alberes, que se caracteriza por su suelo pizarroso y ácido de un característico color negro. Se cultiva a una densidad alta, de 6.200 cepas por hectárea, para reducir el vigor y la producción de uva y conseguir así vinos de alta calidad y gran personalidad.

Es una unión de Syrah (75%), Cabernet Sauvignon (20%) y Garnatxa (5%) envejecido durante 15 meses en bota bordelesa nueva de roble francés Allier. El resultado final es un vino de color rojo cereza intenso, con menisco violáceo. Su aroma recuerda las frutas dulces, las notas balsámicas y los minerales. En boca es potente pero redondo, a la vez que persistente y expresivo. Tiene una acidez muy viva que le aporta frescor. Es un vino con una marcada personalidad del terreno del que proviene.

Mientras que Finca La Garriga ha ganado en esta misma añada 2011 la Medalla d’Oro del certamen Sélections Mondiales des Vins de Canadà. Se encuentran las cepas más antiguas de Perelada, Este monovarietal se elabora a partir de la variedad Samsó (el nombre local de la Carinyena), procedente de plantas de más de 50 años de antigüedad, que son las más antiguas que dispone Perelada. Envejecido durante 19 meses en bota bordelesa de roble americano tipo fino, presenta un color cereza intenso con menisco violáceo. Aroma a frutos rojos, balsámico, con un fondo ahumado. En boca es fresco y vivo, con taninos presentes pero muy envolventes. Es un vino con una marcada personalidad varietal y autóctona de la viña que procede.

Las 41 hectáreas de terreno llano que conforman La Garriga se caracterizan por un suelo limo arcilloso, con arenas y grava, y de pH neutro.

Montse Carreño, 31-Marzo-2016