Segunda Bota de Oro para Messi
Leo Messi recogió la Bota de Oro en Barcelona. A sus 25 años sigue divirtiéndose igual que cuando empezó a dar sus primeras patadas a un balón en la ciudad de Rosario (Argentina).La ESM, La European Sports Media, le hizo entrega de la Bota, trofeo que acredita al azulgrana como mejor goleador de la pasada temporada.
La ESM es la responsable de esta prestigiosa Bota desde que se hiciera carga de ella en 1996, precisamente el año en el que se introdujo la ponderación de los goles según las Ligas en las que se marcasen. Leo llegó hasta los 100 puntos, máxima puntuación histórica, debido a sus 50 goles, (cada gol vale dos puntos en Las Ligas española, inglesa, alemana, italiana y portuguesa).
La fiesta, presentada por Olga Viza, tuvo lugar en un lugar de lujo para un acontecimiento de lujo, en la Antigua Fábrica de La Estrella Damm.
Y de lujo también fue el hombre que la mencionada ESM eligió como encargado de entregar físicamente la Bota de Oro a Messi. Se trató de Luis Suárez, único Balón de Oro español (lo fue en 1960), amén de legendario ex jugador del Barça en los años 50.
El trofeo es una joya de unos 10 kilos de peso. La bota está hecha de oro puro con tres capas y es un original que cada año se renueva.
Una amplia representación del Barça, del mundo del deporte en general y de la sociedad quisieron disfrutar de otro momento histórico en la carrera del mejor jugador del mundo, un ídolo para la mayoría de ellos.
Leo llegó con su padre y dos de sus hermanos, Rodrigo y Matías, también del presidente del club, Sandro Rosell y de dos capitanes, Carles Puyol y Xavi Hernández y Andoni Zubizarreta, director deportivo.
Luis Suárez dijo “Messi es la esencia del fútbol. Lo tiene todo: velocidad, técnica, se desenvuelve sin espacio y ha mejorado en una cosa: en meter goles. Ahora no para”, soltó con gracia gallega y recordó que antes los jugadores bajitos tenían velocidad pero no marcaban.
Leo fijó sus ojos en la Bota. Una mirada tierna, Estaba emocionado. La ovación fue larga. Óscar Campillo tenía una sorpresa guardada. Thiago, que así se llamará su primer hijo, ya le hace la competencia a su padre, porque el director de Marca le hizo entrega de unas minibotas de oro, un patuco de oro y un chupete de oro. A Leo se le iluminaron los ojos con los regalos. Thiago llega con oro bajo el brazo.
Como todos los premios individuales que ha obtenido, quiso hacer partícipe a sus compañeros del Barça “Es un premio grupal, siempre lo digo pero es la realidad y éste más que ninguno. Sin todos mis compañeros sería imposible ganarlo y hacer tantos goles”.
Al preguntarle que le motivaba a mantener intactas como el primer día esa ambición y hambre por seguir ganando, contestó “Fui siempre así y así seguiré siendo hasta el final de mi carrera”.
Dio las gracias al club “Gracias por todo lo que hizo el club por mí en su momento, porque me ha permitido cumplir un sueño y que mi deseo sigue siendo terminar mi carrera aquí”, aunque con una puerta abierta a su regreso a Argentina “donde me gustaría jugar antes de retirarme”, quizá para vestir la camiseta de Newell’s con la que no pudo debutar en la Primera argentina.
Le recordaron que estaba a punto d alcanzar al brasileño Pelé con 75 goles en un año natural (1959), a Leo cambió el gesto “Para mí es un orgullo poder estar tan cerca de esos números, de esa persona tan grande en el mundo del fútbol. Estar cerca y al lado de él en estas estadísticas es lindo para mí”.
De los 50 goles que consiguió la temporada pasada, reconoció que nos los recordaba todos, “Los recuerdo por la importancia, no por si fueron lindos o no. De la temporada pasada me quedó con los de la Copa del Rey, el Mundialito y los de la Supercopa de España”, ya que esos les llevó a ganar el título.
Seguidamente se sirvió un catering de la firma Jubany, quienes le entregaron a Messi un pastel que representaba un campo de fútbol lleno de figuritas de chocolate de Leo y pelotitas de chocolate blanco recubiertas de oro, al igual que una bota de chocolate blanco con oro pulverizado, el jugador se quedo sorprendido al verlo.
Montse Carreño, 29-Octubre-2012
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