Víctor Ros 2, la trama
En la segunda temporada de la serie, Víctor Ros, se traslada al sur de España siguiendo la estela del oro robado del Banco de España. Así, la trama se desplaza a Linares (Jaén), una ciudad en verdadera eclosión en 1898. Ros, Blázquez y también Juanito aparecen en una localidad que en apenas unos años ha visto multiplicada su población hasta los 40.000 habitantes y que representa esa frontera entre el siglo XIX y el XX y que se debate entre la tradición, las viejas costumbres y el incipiente siglo marcado por los avances científicos e industriales.
Durante los más de tres meses de rodaje, el equipo de producción recrea la ciudad floreciente de finales de siglo, así como sus arrabales, la nueva aristocracia modernista con la miseria y las minas de plomo, los palacios y los agrestes paisajes de Despeñaperros y Sierra Morena.
La serie clonará la Andalucía del XIX en las inmediaciones de Guadalajara (El Fuerte de San Francisco), adaptando diversas edificaciones y ubicando tres de las localizaciones habituales de la serie (el cuartel de la Guardia Civil, la posada de la Sra. Rosario y el Café Cantante de El Oso) en este emplazamiento. Pese al uso de los efectos digitales más avanzados capaces de trasladar al espectador del siglo XXI a la Andalucía de 1898, en el equilibrio que se persigue entre éstos y el rodaje en exteriores y escenarios naturales, “Víctor Ros se rueda en distintos enclaves de Madrid.
Representa que han transcurrido tres años desde que el Inspector Ros resolviese el mayor caso de su carrera y acabase con su archienemigo, el profesor Aldanza. Es el mejor momento de su carrera (es considerado el mejor policía del país) y su vida en familia con Clara Alvear y Juanito, al que han adoptado tras la trágica muerte de “El Conquense”, hace que su vida sea absolutamente perfecta.
Y, entonces, todo estalla…
Un complot orquestado directamente contra él, trunca su vida por completa, perpetrado delante de sus narices el mayor robo jamás llevado a cabo en el país: el saqueo de las reservas de oro del Banco de España. dada la situación del país, en los albores de una terrible guerra, este acto puede suponer el fin de España.
Acompañado por su incondicional Blázquez, incluso con la ayuda de Lola La Valenciana (que regresa a su vida, ahora convertida en la mujer de un marqués) emprenderá una peligrosa senda para resolver el robo. Tomar atajaos que antes no hubiera tomado, más maduro y complejo, se convertirá en un verso libre dentro de la policía.
El ingenio de Víctor Ros le regala una pista determinante: el oro robado del Banco de España y, seguramente, sus ladrones, han partido rumbo a Linares, una floreciente localidad de Jaén que vive a caballo entre la arraigada tradición y el progreso que traen las explotaciones mineras, el ferrocarril y las numerosas delegaciones diplomáticas de Inglaterra, Francia, Alemania y Bélgica.
Entre una población cosmopolita y vestigios del pasado más salvaje, Ros y Blázquez, llegan a una comarca en la que lidiarán con aristócratas y bandoleros de Sierra Morena… todo ello mano a mano con la Guardia Civil local, con quienes resolverán los casos puntuales que se presenten.
Para los lugareños e incluso para sus nuevos compañeros, el sargento Giralda y el Capitán de la Barrera, Víctor Ros ha sido degrado como inspector metropolitano y ahora prestará sus servicios al país en el pequeño cuartel de la Benemérita de Linares, en base a un acuerdo de colaboración entre los dos cuerpos. Desde allí, y siempre con su fiel Blázquez, el inspector podrá seguir la pista del oro robado.
En sus investigaciones, el personaje se llevará la sorpresa de su vida al reencontrarse con alguien muy importante de su pasado, que será crucial tanto en el desarrollo de las investigaciones policiales como en la vida personal del detective.
Montse Carreño, 07-Julio-2016
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