Se empezó a hacer realidad un sueño con la primera medalla en sincronizada

La primera jornada de competición, hubo natación sincronizada (con la final de solo técnico), los saltos (con la final femenina de 3 metros sincronizados) y las aguas abiertas (con las dos finales de 5 kilómetros, hombres y mujeres), ya se entregaron medallas.

No era Ona la única integrante del equipo español en saltar al agua, pero sí la única con opciones de medalla. Las aguas abiertas estrenaron su nuevo escenario en el Port Vell, con salida en el Moll de la Fusta (en el 2003 se nadó en mar abierto), con las pruebas más cortas: 5 kilómetros. Thomas Snelson y Miguel Ángel Rozas, en hombres y Margarita Domínguez y Yurema Requenam en mujeres, eran los representantes españoles, pero el protagonismo fue del tunecino Oussama Melloulim, que hace diez años en esta misma ciudad se dio a conocer al ganar la medalla de bronce en los 400 metros estilos con sólo 19 años, se convirtió en el primer nadador de la historia en ganar títulos mundiales en la piscina y en aguas abiertas, gesta que ya había conseguido en los Juegos Olímpicos, al imponerse en los 10 kilómetros en Londres 2012. La estadounidense Haley Andeson se impuso en la prueba de los 5 kilómetros femeninos en aguas abiertas disputada en el Moll de la Fusta ante un numeroso público que quedó sorprendido por el espectáculo de esta disciplina. El podio lo completaron dos nadadoras brasileñas, la plata para Poliana Okimoto y el bronce para Ana Marceloa Cunha. En cuanto a la participación española, Yurema Requena y Margarita Domínguez terminaron decimotercer y décimo sexta respectivamente.

Los saltos tradicionales de trampolín contaban con Javier Illana en la final de 1 metros y las chicas Leyre Erizaguirre y Rocío Velázquez, la de 3 metros sincronizados. La saltadora Leire Izaguirre se despidió de Barcelona antes de debutar, al lesionarse durante el entrenamiento y de reboto tampoco pudo debutara Rocío Vázquez que era su compañera en saltos sincronizados. El madrileño Javier Illana sufrió una lesión en el gemelo y prefirió renunciar a los saltos de 1m para centrarse en los 3 metros. Las chinas Minxia Wu y Tigmao Shi ganaron el oro, por delante de las parejas italiana y canadiense.

A las 19 horas empezó la competición de sincronizada, solo técnico, España, actuó en el treceavo lugar, después de China y antes de Rusia.

Carbonell nadó al son de los violines y las voces de Black Izard, una coreografía para la que ha contado con la ayuda de Gemma Mengual, asesora técnica del equipo, y de la francesa Virginie Dedieu, todo un mito de la sincronizada , tres veces campeona del mundo y cinco del Europa y rival durante años de la propia Mengual .

Ona se estrenó en la competición y también en la modalidad de solo técnico, logró el bronce pero con mucho mérito. Lo hizo con seguridad, con mucha altura y con una gran expresividad, que es su fuerte. Tuvo una puntuación de 94.400, y gracias al público que la llevó al podio en volandas. Delante de unas 4.000 personas entregadas se creció y decidió que era el momento de demostrar que se abría otra etapa de éxitos, atrás quedaba el momento del cambio del equipo técnico y la retirada de Andrea Fuentes.

Ona era consciente de la rusa Svetlana Romashina, que ganó la medalla de oro con un puntuación de 96.800, sería posiblemente inalcanzable, y la china Xuechen Huang, plata con 95.500, eran sus rivales durante los siete días de competición.

En la rueda de prensa, Ona Carbonell, sin perder su sonrisa comentó: “estoy muy contenta. Es para estarlo ganar el bronce en mi debut en solo, con sólo seis meses de entrenamiento y todos los cambios que ha habido. Ha sido un año difícil, pero se empieza a ver la recompensa”.

La anécdota del día la vivió uno de los jueces de la natación sincronizada, que se cayó a la piscina. El hombre se levantó para colocar los paneles de publicidad que están delante de su mesa y calculó mal de tal manera que acabó en el agua. El juez se lo tomó de buen humor.

Montse Carreño, 20-Julio-2013